lunes, 9 de noviembre de 2009
nada que temer
la blanca arena
en la playa
de mi mesa.
el canto indiscutible
de los recibidores
del que siembra
el olvido.
el polvo
me recuerda a dios.
el humo es el eco de mi boca.
la ceniza,
la viruta de la vida,
el fleco de los días,
la canción bienhechora
que termina
prometiendo volver
entre los sordos parlantes.
en la playa
de mi mesa.
el canto indiscutible
de los recibidores
del que siembra
el olvido.
el polvo
me recuerda a dios.
el humo es el eco de mi boca.
la ceniza,
la viruta de la vida,
el fleco de los días,
la canción bienhechora
que termina
prometiendo volver
entre los sordos parlantes.
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