lunes, 9 de noviembre de 2009

un viajesito

recuedo, ya hace mucho, cuando volviamos con un amigo de esas salidas nocturnas por capi que hace tanto no retorno, y andábamos entre autopistas, paredones y él, con un TARAÁN!! me pesentaba la ciudad, haciéndose el experimentado, yo estaba volado, sí nunca lo había estado tanto, y observaba el sinfín de edificios y de avenidas como si fuera la primera vez, el sol dilataba las distancias y aparentaba la eternidad de las calles y hacía brillar las veredas y vidrieras y los vidrios de ventana de edificio que reflejaban el celeste cielo y la nube blanca que pasaba y chispeaban los pocos verdes cuadriculados entre rejas negras con final en punta y un taxi que serpenteaba amarillento y entre tanto, un rojo ascendente generaba un hoyo en el cemento que daba profundidad al gris ambiente circundante, para luego volver a su tono plano, y mis pupilas, partes del brillo, para mí invisible, sentían de nuevo el cambio, al lado mío, las paredes se retorcían, mareas de yeso, fluía todo a un tiempo, desde la esquina hasta el cielo, la misma simetría, y yo procuraba desdoblar el día, me clavaba en un graffitti descascarado y con fuerza, lo hacía repiquetear en silencio contra sí mismo, mientras mi compañero sonreía al verme en el intento de doblegar la materia con mis adentros. GAR

1 comentario:

Otro Cuento dijo...

alto titulo! jaja Habia momentos en los que buenos aires, era solo lineas para mi perdi el todo... nose! cosas raras...