martes, 17 de agosto de 2010

El Profe:









- Bueno, soy el profesor suplente. Su profesor no pudo venir hoy, estaba enfermo - comienza la clase el diablo.
- Hoy hablaremos de ¨ la odiología ¨ - prosigue.
Los chicos miran extrañados.
- Sí, no me miren así, ¨ la ciencia del odio ¨, pero como siempre, se debe hacer una transposición didáctica, por eso, se los explicaré amenamente , sin tantas lógicas y teorías, sin tanto lenguaje técnico, es decir, para que lo entiendan.
A ver, pónganse a pensar en todo lo que hace daño y les agrada, todo lo que les gustaría hacerle a alguien, desde la simpleza de meter un petardo en la boca de un sapo y divertirte al verlo saltar en pedazos y que su lengua serpentee en el aire, hasta tirarle con una gomera a un pájaro, pero piensen en algo más allá, piensen en seres humanos.
Busquen dentro suyo, todos tienen el mal, el deseo de hacer sufrir a otro, el odio heredado, el miedo irracional que se convierte en asesinato.
¿ No les gusta ver películas de acción, de guerra, de hombres con pistola que se ganan a la joven más bella, disparar a cuánto se mueva, un cowboy, un gángster, un policía de Los Ángeles?
El sufrimiento los alimenta, recuerden eso. Cuanto más hagan sufrir, más vivos y felices se sentirán. El odio es indiscriminado. No hay razón, ni credos, sólo seres humanos odiándose por ideas absurdas que intentan ocultar el verdadero motivo, el mal que poseen a diferencia de esos otros seres de este planeta, movidos por instintos de supervivencia, pero la crueldad humana supera el alimento y el cobijo, allí hay otra cosa, ¡Es el placer! El placer que yo les... bueno, ejem, pero... no nos vayamos del tema.
¿ Qué dicen ahora? ¿Conocían o no conocían esa ciencia, alumnos? Creo que si han escuchado de ella, ¿No? Saben de lo que les hablo, ¡Vamos! ¡Levántense! ¡¿Qué esperan?! ¡ Pueden practicar lo aprendido ahora mismo con sus compañeros! ¡ A jugar! ¡A ver quién sabe más!
Los niños lo miran y luego se miran entre ellos. Los grupitos separados se unen, pero no por agrado, sino para la guerra.
Los niños, las niñas, todos en pelea. Crueles, levantan a uno con lentes, el más débil, entre unos cuantos más atléticos, fanáticos del fútbol, que lo tiran y lo patean insaciablemente. Después empieza la lucha indiscriminada, todos contra todos, motivados por la sangre del primer abatido. Empiezan a tirarse con sillas, a arrancarse los pelos, a estirarse las colitas las niñas e incrustarse las patas de hierro de las mesa los varones, que también luchan con lápices, lapiceras puntiagudas, tijeras, compases y borradores.
El diablo observa sonriendo la escena en sangre.
Escribe sobre el pizarrón el tema del día con pulso relajado y se va satisfecho al ver en silencio el aula.


FIN

2 comentarios:

cabro dijo...

como diria el señor burns...exelente!!!!

Otro Cuento dijo...

Muy buena la ubicación de la idea, es decir el escenario... nose porque me imagine una picacarne gigante!