martes, 17 de agosto de 2010

FURGÓN:


El furgón, no se si el mas interesante, pero eso si, el que mas conozco, es el que se toma acá en quilmes, todos apretados, todas las bicicletas, todos hablando, es un quilombo.
Hay de todo, hay tipos que se levantan re temprano, y otros, que borrachos, no duermen hasta las 7 de la mañana. Mucho contraste entre la gente que viaja ahí, aunque en pantallazo general parecieran todos iguales, pero uno no haría nunca nada de lo que haría el que esta sentado o parado al lado de él.
Hay un montón de pibes de mi edad o un poco mas grandes, trabajan de lo que yo laburo, son mensajeros, y entre nosotros hay una relación de verse siempre, de tomarse una cerveza. Los conoces de ahí, de viajar en el tren, y luego te los cruzás, los saludás, constantemente, en esa ciudad terrible, vos solo contra toda la ciudad, pero por lo menos tener alguien a mano, es bueno.
Los viernes, generalmente a la tarde, a las 6, en Avenida de Mayo y 9 de Julio, se juntan todos los mensajeros a escabiar y fumar algo. La plazoleta se llena de motos, de bicis y de gente, y cuando pasan los colectivitos con los turistas que desde las ventanillas les sacan fotos, ellos se ponen en pose.
El lugar está bueno por que es chico, si alguien le esta contando algo a otro que está al lado, lo escuchan todos, aún queriendo o no, lo escuchás, si estás ahí, ya está. Escuchando te enterás de un montón de cosas, de personas, y conoces la personalidad de cada uno, a que se dedican, si tienen familia.
Conocés gente. El primer chabón que conocí, yo hacia un par de días que laburaba, como mucho, una semana, y este sube con la bici, y veníamos de constitución yendo para el lado de Quilmes. Nos pusimos a charlar en el camino. Lo acompañé, dejó el sobre (también era mensajero) nos fuimos después a una plaza y nos quedamos tomando una cerveza. Me contó que había estado en cana y otras movidas re heavys. Era extraño. Había un tiempo que desaparecía y después volvía a aparecer, reaparecía y desaparecía de vuelta. Fumaba paco mal, era un personaje siniestro, siempre tenía un humo negro alrededor, salía de ahí una energía muy oscura. No pude saber mucho de su vida, nunca me contaba nada de él y yo tampoco nada mío. Desapareció un día, y no lo encontré nunca más.
Los Tipos viajan, nunca supe si con bicicletas o no, pero eso si, están siempre en el furgón. Se ven todos los días, se esperan en las estaciones o para encontrarse, se toman el tren a tal hora, por que antes subió Juan Pérez. Tienen una gran coordinación y asi viajan siempre juntos. Se acomodan, en un lugar x, sacan las cartas, 4 o 6, como en una rondita y juegan todo el tiempo y el partido se termina porque Los Tipos se van bajando, hasta que se baja el último. Se van descartando. Se baja uno, se bajan dos, se van cuatro. Son del furgón de la línea San Martín que va para el lado de pilar, San Miguel. Si vos subís con la bici, no le vayas a decir que te den un lugar para acomodarla, por que te mandan a la mierda, tomatelas, vía, te la tenés que comer. Toda la ubicación de las bicis depende de donde se pongan Los Tipos, porque a Los Tipos no los movés de ahí.
Yo te digo lo que me pasa a mi. El símbolo que tenia de la bicicleta, antes, cuando era chico, era dar una vuelta por ahí, joder, te despejabas, estaba bueno. Ahora es una relación distinta, es con lo que estas todo el día. Estar nueve horas encima de eso, te hace empezar a detestarla, pensando todo el tiempo en la bicicleta, que se va a romper, que se va a pinchar, y cuando llegas a tu casa, ya empezás a pensar en el otro día, me anda mal esto, me anda mal lo otro, qué tengo que arreglar, ya te empezás a maquinar la cabeza.
En todo el resto del tren, no se habla, pero en el furgón, la bicicleta es un nexo, todos tienen una, y todos los días nos vemos, a lo sumo, día por medio.

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