domingo, 5 de septiembre de 2010

Donde andará




¿Dónde andará ese tiempo?
¿En qué eones
Se encontrará
La luminaria tarde
En la que mi bisabuelo
De parte de mi padre,
Encontrándose en Campo de Mayo,
Siendo el “doctor” de los caballos,
Observó, ojos que reflejaron
Nubes pasando,
A un cabo
Que, con rostro imponente
O impotente,
Con delirios de grandeza,
Golpeaba,
Rebenque que serpenteaba
Entre el éter
y los
Billonésimos seres,
La piel herida ya
De un muscular rocillo
Que se movía indefenso
Y lastimero,
Y mi bisabuelo,
Agitada la sangre,
Se le vino al humo
Al milico,
Lo enfrentó, solar,
Entre la tierra embostada,
Entre los miles brillos,
Y luego la risa
En quijada tendida,
Y luego los brazos
Apresados,
Y luego putear
En las tinieblas,
Y luego comer
Aún cocina
Traída por la amada.
Después de seis meses
O más,
Ya nadie sabe,
Calabozo cruel
De negra oscuridad,
Solo estaba él,
Ni a las cartas poder jugar,
Ni contar historias bárbaras
Que cada uno trae
De sabe uno cuándo,
Y lágrimas
de ausencia
De la que lo esperaba
Y seguía aun
Poniendo dos servilletas
En la mesa.
Cuando lo largaron
Mandó todo a la mierda,
Ya no importaba nada,
No se podía
Trabajar con alimañas.

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