domingo, 5 de septiembre de 2010

Oda a las calles y a mi amor:


_ ¡Fuiiira!_
El traqueteo y los cascos
Galopando,
Caca de perro
Degustada por hormigas,
El cemento va
De abajo para arriba,
Y por ahí, cortes,
Heridas de verdes,
Helechos en las terrazas,
Árbol bailando extasiado
Entre los ojos del viento
Y la que limpia desequilibrada
Pedazos de nada, objetos
Que te los tira al paso,
Con esa escoba que ya es
Casi sus manos,
Y esquivas polvo, papelitos,
Volantes y envoltorios,
Y todo está lleno de lo humano
¡Qué aburrido
Se torna!
Todo para el hombre.
Todo es brazos,
Piernas,
Maniquíes
Asfixiados
En la vidriera,
Manos, pies,
Tableta
De pastillas
Sonriéndole
Al charco,
Los fideos vegetarianos
Puestos para el perro rengo
Con paragolpe incrustado
En esa calle, nena que acaricia
Una flor pomposa y amarilla,
Viejo sin una pata
Que resbala con el olor
Asqueroso de la limpieza
Química de las empleadas,
Y torsos y cabezas, dos ojos
Que saludan, que aplauden,
Detrás del pestaneo, un mundo,
Otro, un multiverso de colores,
Continuo aleteo,
Nunca puedo alejarme,
Desde los peces, los pájaros,
Nadie se salva,
Todos andamos,
Maquinitas absurdas,
Sin porqués,
Sin nada,
Y nos conformamos
Con que tan bello es,
Tan placentero
A veces,
Y dos orejas,
Dos orificios nasales,
De todo rescatás algo,
Lo que hay que hacer
Es hacer,
Y aunque cueste
Y el letargo
Pueda ser más sed de ser,
Dos labios,
Una boca,
32 dientes,
La calle está silenciosa
De voces de gente,
La alarma de un coche
Que me repercute
Aún luego
De una cuadra,
Las velocidades ruidosas
Y ni el perro ladra
Acostumbrado a la sin sueños,
Sin nada nuevo,
Es tan difícil encontrar el reino,
A veces lo vislumbro
En una joven
Que sube a un Bondi
Y nos observamos
Por un segundo,
Otras veces
Es la sonrisa de alguien,
Desde un viejo a un niño,
Son sensaciones que me tienen rabia,
Pero siempre
Ese sol
Es el que más puede
Decirme que estoy,
Aún,
Soy parte,
Cuando llego al barrio
Hay perros esperándome,
Hay música de carros,
Hay voces de radio,
Hay cruces de árboles,
Hay sueños echados
Y tanta otra cosa
Y en este cuerpo de ciudad esquiva
Me aturde la vida

Abajo arriba
Rincón negro rostro
Niebla rojo ojos
Recuerdos que son relojes
Detenidos en el tiempo
Y las risas espinas
Ruedan, patinan, lubrican,
Caracoleando la mente
Espirala un deseo periférico
De volver ya sin regreso,
De enfermar entre lo muerto.

1 comentario:

Otro Cuento dijo...

me gusto... pero quiero escuchartela leer, creo q hay cosas q no son como me las lei